sábado, 5 de septiembre de 2009

Domingo


Supo recoger arandelas y tuercas de la calle, supo caminar con las manos siempre atrás, supo acariciar a los perros sin dueño pero dueños de esquinas, supo tantas cosas...
Hay un día en mi memoria en que dejaste de nutrirla con bellos momentos, hay un grito en una hamaca, hay un llanto que me moja, hay el brillo en tu mirada abuelo..., ¡ay! abuelo, abuelito mío, Domingo querido..., como se te extraña viejo!!! Hace 20 años... ¡como se te extraña! Y mientras tanto sigo queriendo parecerme a vos, sigo adorándote como entonces, sigo imitándote como antes, sigo tus pasos por todas partes...
Te quiero tanto abuelito, te quiero y te extraño tanto abuelito mío...

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